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"ROSA DE ORO" DE LA VIRGEN DE GUADALUPE
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La "Rosa de oro" es una ofrenda votiva entregada por los Sumos Pontífices a algunos santuarios marianos importantes a modo de homenaje. El 31 de mayo de 1966 (Fiesta de la Visitación de María), la Basílica mexicana de Guadalupe recibió de parte del Papa Pablo VI una "Rosa de Oro", reconocimiento especialísimo que los Papas suelen enviar a algunos santuarios marianos. Bendecida en Roma el 25 de marzo (cuarto domingo de cuaresma) en la Capilla Sixtina, fue enviada por el Papa como muestra de “Cariño y predilección a México” a través del Decano del Colegio Cardenalicio, monseñor Carlo Confalonieri (1893-1986), quien expresó en la ocasión “El don pontificio está aquí, delante de vuestros ojos, con la gracia del arte, la sugestividad del símbolo, con la belleza del homenaje rendido a nuestra Madre común", destacando ser la primera Rosa de Oro bendecida por el Papa después del Concilio Vaticano II. Fue recibida de rodillas por el Arzobispo de México. En noviembre de 2013, el Papa Francisco entregó otra Rosa de Oro a la Virgen guadalupana en ocasión de la vigilia mariana continental. La ofrenda toma su nombre del simbolismo religioso que tiene el oro como expresión de la Luz divina, pero no está hecha de ese material, sino de metal dorado.
La Rosa de Pablo VI difiere en su diseño de las tradicionales y es obra del escultor italiano Giusseppe Pirrone (1898-1978). La obra presenta, además de la rosa, varios pimpollos y hojas, junto con la inscripción: "PAULUS VI PONT MAX AEDI SACRAE B.MARIAE VERGINIS GUADALUPENSIS. 25.III.1966" (“Paulo VI, Pontífice Máximo. A la Sagrada Casa de la Bienaventurada Virgen María de Guadalupe. 25 de marzo de 1966”).
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ANILLO EPISCOPAL CONMEMORATIVO
CONCILIO VATICANO II
Anillo episcopal en oro de una sola pieza, perteneciente a MONS. ADOLFO S. TORTOLO, séptimo obispo y segundo Arzobispo de Paraná, entre 1963 y 1986. Durante la clausura del Concilio Vaticano II en 1965, el Papa Pablo VI lo entregó a todos los obispos participantes como recuerdo y signo de gratitud. De diseño simple y austero, reproduce la forma de la mitra episcopal, presentando en relieve tres hornacinas con las figuras de Cristo Maestro al centro, y los apóstoles Pedro y Pablo a derecha e izquierda, símbolos de la Sede romana. Sobre la efigie de Jesucristo, una cruz griega (cuatro brazos iguales). En la cara interna lleva grabado el escudo del Pontífice reinante, es decir, S.S. Pablo VI.
CRUZ PECTORAL EPISCOPAL
S. XX - Medidas 10 x 8 cm.
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Cruz episcopal de diseño contemporáneo en metal dorado con aplicaciones de coral rojo. El coral pertenece al grupo de gemas orgánicas como la perla, el ámbar, el azabache o el marfil. La estructura dura y resistente en la que se convierten los corales muertos, es la que se utiliza para la joyería y la orfebrería. Los hay de variadas tonalidades, aunque el más caro y preciado es el coral rojo, cuya tonalidad puede variar en intensidad según los ejemplares. Sobre la cruz que vemos se han aplicado en medio de los espacios vacíos creados para contener la joya, cuatro corales rojos en forma de gota alargada para los brazos, y cinco en forma esférica: el mayor para el centro de la cruz y los cuatro menores para los ángulos. La cruz se conserva en su estuche original con su correspondiente cadena.
COFRE LACADO DE CHINA
Siglo XIX - medidas 40 x 17 x 20
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Elaborada pieza artesanal decorada con la técnica del lacado chino. Se trata de una técnica decorativa milenaria que evolucionó en China con características diversas según los períodos. Originalmente el lacado surgió como una forma de protección para la madera que se convirtió rápidamente en un método muy valioso para decorar objetos finos. La resina utilizada en la laca china se obtiene de una especie de árbol autóctono comúnmente llamado "árbol de laca". La laca es pegajosa y debe aplicarse cuidadosamente con un pincel, lográndose su endurecimiento a través de un proceso lento combinado con el añadido de algunos ingredientes químicos. La laca produce un acabado extremadamente duradero, que es casi totalmente impermeable al agua y altamente resistente a la acción del tiempo. Durante los siglos XIII y XIV los artesanos chinos llevaron a la perfección las técnicas de incisión, grabado y relleno con pan de oro o polvo de plata, y comenzaron a tallar estampados florales, dragones, serpientes y otras imágenes a través de una gruesa capa de laca roja o (más raramente) negra. La pieza que mostramos ha sido decorada con laca negra y pan de oro, creando riquísimas escenas y diseños a partir de la incisión y el grabado. El cofre se compone de varios compartimientos de guardado.
CRUZ PECTORAL CONMEMORATIVA
Plata moldeada - Siglo XX
Entre el 22 y el 24 de agosto de 1968 el Papa Pablo VI en su primer viaje a Latinoamérica, visitó Colombia para inaugurar el 39º Congreso Eucarístico Internacional en Bogotá y la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Medellín, durante la cual regaló a los obispos participantes una cruz pectoral de plata con la efigie de Jesucristo Señor de la historia (Alfa y Omega), y el símbolo eucarístico de los panes y los peces al pie. El Arzobispo de Paraná, MONS. ADOLFO SERVANDO TORTOLO (1963-1986), la recibió de manos de Pablo VI en aquella ocasión..
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CRUZ PECTORAL EPISCOPAL
Siglo XX
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Cruz episcopal de metal dorado en filigrana con aplicaciones de amatistas, de 13 x 9 cm. Piedra central tallada en corte circular y nueve laterales en talla oval sobre los brazos de la cruz. perteneció a MONS. ZENOBIO LORENZO GUILLAND (1934-1962), sexto obispo paranaense y primer Arzobispo, al ser elevada Paraná en 1934 a sede arzobispal por el Papa Pío XI. En el reverso presenta el grabado con el nombre del arzobispo. Se conserva en su estuche original, conteniendo la correspondiente cadena para colgarla.
CRUZ PECTORAL EPISCOPAL
Siglo XX
Medidas 9,5 x 7,5 cm.
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Cruz de metal dorado moldeado de diseño contemporáneo en líneas rectas. Perteneció al Arzobispo ADOLFO SERVANDO TORTOLO, séptimo obispo de Paraná entre 1963 y 1986.
Al centro un medallón esmaltado con la figura de Cristo Pastor; en los extremos del brazo horizontal las letras griegas ALFA y OMEGA; en la parte superior del brazo vertical el ESPÍRITU SANTO bajo forma de paloma; en la parte inferior los símbolos marianos de la inicial M coronada de una ESTRELLA de cinco puntas. En el centro del reverso presenta un compartimiento para reliquia de forma circular e iguales dimensiones que el medallón del anverso.